Imagina una pastilla que no solo te ayuda a perder los kilos que te sobran, sino que además lo hace sin necesidad de ponerte a dieta ni practicar ejercicio.
Es lo que se han propuesto investigadores de la compañía farmacéutica Zafgen, que están trabajando en un nuevo enfoque terapéutico basado en un fármaco experimental que está diseñado para hacer que el cuerpo produzca menos grasa y queme el exceso como combustible.
A diferencia de otros tratamientos destinados a reducir el apetito y el hambre a nivel cerebral, el fármaco de Zafgen, llamado Beloranib, combate la obesidad actuando a nivel metabólico, ya que se centra el restablecer el equilibrio de la grasa corporal.
Aunque aún faltan años antes de que pueda llegar al mercado, la compañía augura que podría terminar como un "éxito de ventas", según declaraciones de sus responsables.
"Muchos de los fármacos disponibles hasta ahora modulan las señales en una pequeña área del hipotálamo", ha explicado Kevin Starr, socio de Third Rock Ventures, un inversor en Zafgen.
"Esto está muy cerca de las señales de satisfacción y tristeza, entre otras, y se sabe que la depresión y los pensamientos suicidas son regulados por la misma región del hipotálamo", añade Starr, que cree que es una ventaja que el nuevo tratamiento no repercuta ni sobre el estado de ánimo ni sobre la motivación.
Es lo que se han propuesto investigadores de la compañía farmacéutica Zafgen, que están trabajando en un nuevo enfoque terapéutico basado en un fármaco experimental que está diseñado para hacer que el cuerpo produzca menos grasa y queme el exceso como combustible.
A diferencia de otros tratamientos destinados a reducir el apetito y el hambre a nivel cerebral, el fármaco de Zafgen, llamado Beloranib, combate la obesidad actuando a nivel metabólico, ya que se centra el restablecer el equilibrio de la grasa corporal.
Aunque aún faltan años antes de que pueda llegar al mercado, la compañía augura que podría terminar como un "éxito de ventas", según declaraciones de sus responsables.
"Muchos de los fármacos disponibles hasta ahora modulan las señales en una pequeña área del hipotálamo", ha explicado Kevin Starr, socio de Third Rock Ventures, un inversor en Zafgen.
"Esto está muy cerca de las señales de satisfacción y tristeza, entre otras, y se sabe que la depresión y los pensamientos suicidas son regulados por la misma región del hipotálamo", añade Starr, que cree que es una ventaja que el nuevo tratamiento no repercuta ni sobre el estado de ánimo ni sobre la motivación.
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